miércoles, febrero 17

Blues de la Línea B


Viajo hacia el barro de mi trinchera proletaria
escuchando el Blues de la Línea B.
Blues de la Línea B, hermano
Blues de la Línea B.
Que suene bien y sencillo,
sonido plástico. Sonido plástico.
Suena a 15 kilómetros por hora
y si lo escuchás atento
es mejor que el coro de nuestra iglesia.
Blues de la Línea B, hermano
Blues de la Línea B.
Música con cuerdas largas como rieles
y semicorcheas tamaño estación.
Molinetes de madera gastados como compases.
Suena el Blues de la Línea B and be ready, bro
porque vamos a tocar
sin parar
aunque te quedes abajo.
Blues de la Línea B, hermano
Blues de la Línea B.
Suena a 15 kilómetros por hora
sobre un pentagrama que es mi vida
es la tuya
es la de él.
Música para camaleones,
cangrejos y avispas.
Música para todos los colores.
Música para todos los olores.
Música para los que suben en Abasto,
siguiendo ese nuevo camino del inca
bajo esa enorme recreación en forma de shopping
de Machu Picchu.
Blues de la Línea B, hermano
Blues de la Línea B.
Que suene bien y sencillo,
sonido plástico. Sonido plástico.
Suena a 15 kilómetros por hora
y avanza sin dejarte respirar.
Suena el Blues de la Línea B and be ready, bro
aunque te quedes abajo
el ritmo camina sobre durmientes
desde Los Incas hasta Alem.
Blues de la Línea B, hermano
Blues de la Línea B.
Música para cucarachas,
mosquitos y ratas.
No nos importa tu religión,
no nos importan tus valores,
no nos importa tu color,
no nos importa qué vengas a vender:
esta falla geológica subterránea
dividida en 15 paradas
avanza ida y vuelta, sin parar.
Vagones colorados,
demorados y japoneses,
en Marunouchi o en Buenos Aires,
gamuzas gastadas
pisos verdes
avanzan sin parar
al ritmo del Blues de la Línea B.
Blues de la Línea B, hermano
Blues de la Línea B.


Febrero 2010

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